FUE ATROPELLADO EN UNA VÍA EN CARTAGO
Después de muchos impedimentos logísticos, debido a la cuarentena establecida en todo el territorio colombiano, y utilizando aparatos de última tecnología y en una intervención quirúrgica de casi 10 horas, médicos veterinarios de la CVC lograron que el animal recuperara la movilidad de sus extremidades traseras.
Cali, abril 29 de 2020. Después de una cirugía reconstructiva que duró casi 10 horas, en donde se utilizaron implementos de última tecnología y donde se aplicaron las mejores técnicas quirúrgicas, un grupo de expertos médicos veterinarios adscritos a la CVC le devolvieron la movilidad a un zorro cañero juvenil que fue atropellado en una vía del municipio de Cartago.
La historia de este animal, que hoy se recupera satisfactoriamente de múltiples cirugías ortopédicas para corregir fracturas en la cadera y miembros posteriores, inició el pasado 16 marzo de 2020, cuando fue encontrado muy mal herido por la comunidad y entregado a funcionarios de la CVC de ese municipio para que le prestaran atención médica.
“En la primera valoración se establece que tiene fracturas de fémur derecho y tibia izquierda, por lo que se solicitó su traslado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, CAV, de la CVC en San Emigdio, donde se le brindó un adecuado tratamiento médico para estabilizarlo y evitarle dolor”, manifestó Rosa Alexandra Duque, bióloga de la Dirección de Gestión Ambiental de la CVC.
Tras su traslado al CAV de la CVC en Palmira y de una exhaustiva valoración médica, se determinó que lo más pertinente para darle una mejor calidad de vida al animal, era hacerle una cirugía ortopédica muy especializada, pero en Cali con un médico veterinario experto en esa rama.
De ahí que su cirugía se convirtiera en todo un reto, ya que para aquel entonces se había establecido la cuarentena en todo el territorio nacional para prevenir la propagación del Covid-19 y el médico veterinario que lo valoró en Cali solicitó a un proveedor de Bogotá unos elementos quirúrgicos de última tecnología con lo que se tenía la esperanza de devolverle la funcionalidad a las extremidades afectadas.
“Nuestro interés siempre fue pensando en devolver al animal a su hábitat natural. Que un día sea liberado, por eso decidí que debía mejorarse la técnica y pedir esos materiales, pero fue algo muy complicado, porque la entrega estaba programada para el 27 de marzo, pero nunca llegaron por este tema de la cuarentena y luego nos tocó hacer muchas gestiones para que nos entregaran los implementos y finalmente se logró hacer la cirugía el 3 de abril”, recordó Andrés Felipe Morales, el médico veterinario que llevó a cabo la rigurosa intervención.
Finalmente, según reveló el experto al zorro cañero se le hicieron tres intervenciones en una, ya que presentaba una fractura de la tibia izquierda, una displasia de cadera completa de la articulación coxo- femoral izquierda y una fractura en fémur derecho.
“Con este tipo de materiales, aunque un poco más costosos, estábamos asegurando que este animal, que es de la fauna silvestre, no tuviera a la vista la herida y menos contacto con los humanos en su proceso de recuperación y por supuesto, un resultado en la cirugía más exitoso. De esta manera, lo que hicimos fue a acomodar unas placas de bloqueo de titanio de comprensión con tornillo en dichas partes afectadas para darle un mejor ajuste y una inmovilización más correcta, lo que le permitirá llevar una vida más tranquila”, explicó Morales.
El zorro cañero juvenil estuvo hospitalizado durante 10 días en una clínica veterinaria de Cali, donde mostró que nunca perdió su apetito, su distancia a humanos y agresividad, lo que da un muy buen pronóstico para su recuperación.
De esta manera, el pasado 14 de abril, el animal fue reingresado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de la CVC en Palmira, para comenzar con su rehabilitación médica – biológica. A la fecha, presenta una cojera y ya está apoyando sus extremidades para descansar, más no para movilizarse. Por su parte, las heridas están muy bien cicatrizadas y está aislado para evitar el contacto con los humanos.